El virus de la hepatitis A entra al cuerpo por la boca y se propaga en las heces fecales. El virus puede ser transmitido a través de las manos de una persona infectada, y se puede contagiar por contacto directo, o por consumir alimentos o bebidas que han sido manejados por el individuo. En algunos casos, se puede propagar por beber agua que ha estado contaminada con aguas residuales tratadas en forma inadecuada. Las prácticas sexuales que permiten el contacto oral o de las manos con las heces fecales, pueden resultar en la transmisión de persona a persona.
¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis A?
Los síntomas de la hepatitis A pueden incluir fatiga (sentirse cansado), falta de apetito, fiebre y vómito. Algunas personas pueden tener orina de color amarillo oscuro y/o ictericia (color amarillo en la piel y en la parte blanca de los ojos). La mayoría de personas mejoran en pocas semanas sin complicaciones. Los infantes y niños pequeños tienden a tener síntomas muy leves y tienen menos probabilidades de desarrollar ictericia que los niños mayores y los adultos. No todos los que están infectados tendrán todos esos síntomas.
¿Qué tan pronto aparecen los síntomas después de la infección?
Los síntomas pueden aparecer de dos a seis semanas después de la exposición, pero generalmente entre la tercera a cuarta semana.
¿Por cuánto tiempo puede una persona infectada propagar el virus?
El período de contagio empieza cerca de 2 semanas antes de que aparezcan los síntomas, y termina una semana después de que la persona desarrolla ictericia.
¿Una infección anterior de hepatitis A hace que una persona se vuelva inmune?
Sí. Cuando un individuo se recupera de la hepatitis A, él o ella queda inmune (protegido) de por vida y ya no tiene el virus de la hepatitis A en el cuerpo.
¿Cómo se diagnostica la hepatitis A?
Si su médico tiene sospechas de hepatitis A, él/ella puede solicitar una prueba de sangre para buscar anticuerpos de la hepatitis A.
¿Cuál es el tratamiento para la hepatitis A?
No hay medicinas o antibióticos especiales que se puedan usar para tratar a una persona una vez que los síntomas se presentan. Generalmente, el descanso en cama y no consumir bebidas alcohólicas es todo lo que se necesita.
¿Cómo se puede prevenir la hepatitis A?
Para prevenir una propagación de persona a persona, lo más importante para evitar la infección es lavarse bien las manos con agua y jabón después de usar el baño o de cambiar pañales. Evitar prácticas sexuales que puedan resultar en la exposición de las manos o de la boca a las heces fecales, tales como el sexo anal o el contacto oral-anal. Una medicina llamada gamma globulina se recomienda para las personas que viven y/o tienen contacto personal cercano con un paciente que tiene hepatitis A, para ayudar a evitar la infección. Si usted viaja a un país en donde es común la hepatitis A, use agua embotellada o hierva el agua de la llave antes de usarla. Para protección a largo plazo, se recomienda la vacunación. La vacuna para la hepatitis A ha estado disponible desde 1995.
¿Quién debe recibir la nueva vacuna contra la hepatitis A?
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) recomienda la vacuna contra la hepatitis A para:
Viajeros a países con altos índices de hepatitis A;
Personas que viven en comunidades con altos índices de hepatitis A;
Personas en lugares donde ocurren brotes;
Todos los niños con edades entre 1 y 2 años;
Niños de 2 años de edad y mayores que se encuentran en una de las situaciones anteriores;
Personal de laboratorio que trabaja con el virus de la hepatitis A;
Hombres homosexuales/bisexuales activos sexualmente;
Personas que actualmente tienen una enfermedad crónica del hígado;
Personas que se inyectan drogas.
La vacuna para la hepatitis A también se puede usar para ayudar a detener la propagación de la enfermedad cuando hay un brote. Aunque estudios de ciertos grupos ocupacionales (por ejemplo, trabajadores de servicios de alimentos, trabajadores de atención médica, trabajadores de guarderías, trabajadores de tratamiento de aguas residuales) no han mostrado un aumento en el riesgo, esas personas pueden considerar la vacunación si desean reducir aún más su riesgo o se encuentran en comunidades donde están ocurriendo
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